Eternidad.


Dos años mas tarde:

Por las tardes de verano, cuando el cielo parece llorar no se si de alegría o felicidad, contemplo en sosiego el transcurso del tiempo mojado y frió y cálido y triste, al final alegre, y me redescubro con un brillo apagado. Las horas pasan, los días, los meses y los años y aquí en este mundo todo parece tan igual. La gente muere, mientras otras nacen. Los hombres odian mientras otros aman. Unos miran despiertos y otros sueñan dormidos, miran un panorama nublado lleno de indiferencia y rencor. La gente habla, la gente calla. Los pagaros trinan, los grillos y los sapos en conjunto con el viento entonan melodías aterradoramente dulces que perforan mis entrañas, recorren mi cuerpo sacudiendo mis entrañas. La tarde esta llena de momentos agradables, que con el tiempo se convierten en recuerdos tristes. La vida es casualidad, equilibrio y perfección. La guerra es perfección, el hambre es perfección, el odio, la muerte el día y la noche, así mismo ese dios que nunca se presenta como nosotros imaginamos. Tontos, buscamos soluciones, respuestas; exigimos, peleamos, hablamos. Trabajamos por encontrar el sentido de nuestras vidas, mientras las consumimos incansablemente: Desgastamos nuestro cuerpo.
Y que mas da, la vida es una simple ilación, un viaje, un misterio. La vida es debilidad, la muerte poder. Pensar es dudar de uno mismo. Las vida es simple, tan simple que se nos complica entenderla.

Una tarde me puse a buscar paz. La encontré, y no me gusto. Quise tener las respuestas mas estas no me gustaron. Busque poder y me sentí enloquecer, y enloquecer es sabiduría desmedida y no supe controlarla. ¿Cuantos se dicen tener las respuestas, el conocimiento máximo? Imposible. El hombre desafiando a la mente con tecnologías, absurdo. El hombre destruyendo a la tierra, absurdo. El hombre buscando evolución, aun mas absurdo. La evolución nunca antes se había buscado con tanta avaricia como hoy en día; pues la evolución sola llega, con el paso del tiempo, pero nosotros tan impacientes la queremos ya, pues nuestra comprención no alcanza a cubrir un todo, pues es grande y el tiempo no tiene riendas, barreras, limites. El tiempo no existe, somos un recuerdo, una idea, una vida ya vivida, y todo lo que existe siempre ha existido en la eternidad, porque eso somos: eternidad. Las cosas buenas y malas son una misma cosa, un balance, un equilibrio, que nos impulsa, o nos impulsó siempre, pero nosotros somos dominados por el ego. Somos creación divina, infernalmente divina. Existimos en la eternidad en parámetros tan complejos que nos agobia saber la verdad, y aun asi queremos tenerla, callendo en contradicciones. Pero que mas da, así pasen mil años de guerras hambres muertes odio e ignorancia, el final de todo estos que llamamos vida será el mismo, y nunca lo entenderemos hasta que lo vivamos, y cuando eso pasé será tan normal como quien se come los mocos.

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