1 orgasmo:

[Escarbo con las uñas la corteza de tu cuerpo, para encontrar en lo perfecto el templo aquel del sur donde arde la llama de las pasiones y la infinita vida: eterna.
Y arden mis manos -como arde mi corazón también-, se derrama la sangre y mancha la tierra/carne de tu vientre.]


Ella me acompaña, aveces.
También me grita, me llora y me muerde.
Ella crece con el tacto húmedo: se estremece.
Sus manos se extienden como alas entre nubes, en explosiones atómicas de guerras pasadas; sus pechos se juntan como lo esperaba. Reposan. Y así me quedo, sentado frente a ella, mirando como sacude -y se esparce- la sal que quema y derrite la base del templo que en el fondo de su tierra se esconde. Y se esconde.

Un terremoto sacude el espacio inmenso donde ella descansa.
Ella crece con el tacto.
La marea crece y las olas se rompen y rompen las paredes que impiden la salida a tanta agua. Cristalina y ácida. Salada brota desde el fondo, de la grieta, furiosa, cansada.
Se derrumba el templo, haya en el sur, flota entre las aguas, en tus montañas. Tus paisajes.
Ella se desmaya.
Ella muere. Ella revive, se vuelve joven. Poderosa.
También grita, muerde y se baña en sus aguas. Descansa en mis brazos, en las nubes -sus sabanas-. Sonríe dormida. Ahogada en agua: cristalina y salada.

suertic!

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